Portada, selfi e introspección.
Actualización pie de foto 14:06 3-3-2025
"A por la educación" grabado con linóleo. Elaboración propia
INTROSPECCIÓN Y RECORRIDO POR MI EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Soy Raúl Poza Martínez tengo 22 años y soy un apasionado por el arte, estoy formándome para transmitir mi pasión por medio de la educación secundaria.
Esta obsesión por el arte viene desde muy pequeño a los 7 años ya estaba en una Academia de pintura, siempre practicando la técnica del óleo, en esta academia llegue a estar más de 10 años. Al principio si que recibía clases muy técnicas y unas primeras bases de pintura clásica. Pero a medida que crecía que iba sintiéndome mejor, las experiencias fueron mas gratificantes, me dejaban más libertad para mi autoexpresión y mi creatividad. Siempre estaré agradecido a mis padres y a esa profesora por aquellos años.
Respecto a la educación primaria tuve siempre experiencias muy enriquecedoras, profesores que dejaban volar la imaginación de los niños y niñas que estábamos en clase, se fomentaba la creatividad en casi todas las sesiones. No recuerdo como eran las evaluaciones en aquellos años, pero no creo que ningún profesor se rompiera la cabeza por el tema de la evaluación.
Llegamos a la educación secundaria y la cosa cambió bastante, el interés que había en primaria por aprender divirtiendo al alumno o fomentar esa fuente de creatividad que hay en las cabezas de los adolescentes, se truncó. Se volvió toda la educación artística mucho más cuadriculada, con una enseñanza homogénea y lineal guiada por láminas y fichas. Lo cual a un niño que siente atracción por esa materia, puede llegar a sentir frustración. Suerte que siempre tuve ese apoyo extraescolar.
Respecto a la evaluación que se llevaba a cabo en secundaria no era muy exhaustiva, nunca tuve ningún tipo de problemas, pero los exámenes, a mi parecer, eran completamente ineficaces si lo que pretendían era que aprendiésemos algo.
Harto de esa educación lineal, cambié al bachillerato de artes donde aprendí, disfrute y me formé más en el arte, éramos menos gente lo que supuso que la educación pudiera ser un poco más individual. Hicimos nuestros primeros cuadernos de artistas y nuestros primeros portafolios en donde recogíamos todas las experiencias de nuestro día a día. Esos cuadernos eran nuestra evaluación y fue la primera vez que entendí como me estaban evaluando y bajo que criterios. En esos años mis gustos y mis inquietudes cambiaron, me interesaba el tema social y político que nos rodea, escuchaba música más pendenciara. Estos pequeños cambios han hecho que día de hoy sea como soy.
En la universidad vuelves a ser un numero, no entiendes el porque de las notas o de la forma de corregir de los profesores, es demasiado subjetiva sin ningún tipo de rúbrica que puedan mostrar al alumnado, en caso de descontento. Pese a esto mis años en la carrera de Bellas Artes han sido muy enriquecedores y los he intentado exprimir al máximo y como en todos los sitios hay profesores muy comprometidos con la asignatura y con los alumnos, que trabajan de manera correcta y justa.
Considero que con este recorrido de mis años en educación artística, hago ya una crítica al modelo docente y al modelo de evaluación que yo, he recibido.
Mi propuesta de modelo de docencia se basa en fomentar la creatividad y la autoexpresión del alumnado por medio de la gamificación. Y tratar de mantener siempre un mínimo de la pedagogía crítica en el aula, que los alumnos entiendan pasado, presente y futuro por medio de la historia del arte y de la conciencia social. Mostrarles noticias, música, cine, cuadros que puedan ayudar a que vean y entiendan que pasa a su alrededor y puedan tener una opinión crítica y formar su propia personalidad. Para ello siempre me gustaría terminar las clases con una mesa redonda en donde el debate o el intercambio de ideas sea algo primordial.
Mi evaluación sería con un portfolio diario, en donde el alumno pueda mostrar su evolución a través de las diferentes sesiones.
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